Vacíos
No
quepo en tus silencios,
ni
en los versos que se escriben
en
un papel que se torna sepia,
por
los siglos,
o
en una simple servilleta,
de
un café, o de un bar.
No
quepo en las volutas de un cigarrillo
a
medio fumar,
ni
en las rendijas de la puerta que a la esquina
viene
a dar,
por
cruzar una calle,
por
vivir en un compás, sin métrica,
con
el libro de normas perdido
en
el torbellino de tu vida y la mía.
No,
es verdad, no quepo en tus silencios,
ni
en la tinta que escribe versos, en un papel.
Migdalia
B. Mansilla R.
Marzo
25 de 2013