Sólo queda
No, no es posible,
no encuentro el lugar,
el libro de notas
o la agenda de hojas sepia que me regalaste.
Pasa, que no es posible seguir la historia aquella,
hago ejercicios de amnesia para olvidar mi efímera agua,
en el punto de la tierra donde pueda brotar un manantial
que me permita quedarme, sembrar un apamate
donde aniden azulejos y canarios,
donde el canto de todas las aves despertarme puedan
al alba luminosa.
No, no es posible, sólo queda, en medio del erial,
el destello salobre de una mirada, sin gestos en el rostro.
Migdalia B. Mansilla R.
Marzo 05 de 2012